Educar para reconectar

Cómo la naturaleza puede transformar nuestra manera de aprender
Hablar de naturaleza hoy también significa repensar la forma en que la comprendemos y enseñamos, especialmente desde las infancias. Durante el conversatorio “Hablemos de: Educar agentes de cambio y visionarios”, presentado en el marco de HABLA Summit 2025, exploradores, educadores y comunicadores de Nat Geo Latinoamérica coincidieron en una idea esencial: necesitamos nuevas narrativas que despierten consciencia e inspiren a la acción.
Aprender a narrar desde el territorio
El fotógrafo y educador colombiano Andrés Cardona, originario de Caquetá, en la Amazonía, compartió la experiencia de su colectivo Vist Projects, donde jóvenes indígenas y mestizos aprenden a narrar sus propias historias.
Su metodología combina los talleres de la memoria y La maloca, un espacio sagrado de transmisión de conocimientos, así como un centro social y simbólico para las culturas indígenas de la Amazonia.
Estas experiencias muestran que educar también es escuchar y dar voz a las comunidades, reconocer los saberes locales y construir conocimiento desde la diversidad cultural.
Nuevas miradas para un mismo planeta
Por su parte, Martín Del Río presentó el proyecto “De Sur a Sur”, un laboratorio audiovisual que conecta a realizadores de América Latina y África para crear narrativas ambientales propias, alejadas de los formatos tradicionales de los documentales tipo BBC.
Este intercambio creativo demuestra que las historias sobre el medio ambiente pueden contarse desde la cercanía y la emoción, no solo desde la denuncia o la catástrofe.
Repensar la educación, la ciencia y la comunicación
Ambas iniciativas invitan a reflexionar sobre la comunidad, la participación y la sensibilidad de mirar la naturaleza desde la identidad, la memoria y los saberes originarios, integrando a la vez herramientas tecnológicas.
También plantean una crítica necesaria: la estandarización de la educación, la ciencia y la comunicación influye directamente en nuestra manera de entender el mundo.
De espectadores a agentes del cambio
El llamado es claro: pasar de ser observadores pasivos a agentes activos del cambio.
Educar a niñas, niños y jóvenes no solo forma futuros profesionales, sino que devuelve el asombro a la vida. La educación ha acompañado al ser humano desde sus inicios; sin ella, no seríamos lo que somos como sociedad.
En esa capacidad de enseñar y aprender está el secreto para que las nuevas generaciones encuentren un cambio real en la forma de habitar un planeta finito.
La educación ambiental como acto de esperanza
En medio de un contexto saturado de crisis, estas voces recuerdan que reconectarse con la naturaleza también es un acto de esperanza.
La educación ambiental no solo enseña a conservar: enseña a volver a sentir.