Grupo Educación: más de seis décadas comprometidos con la educación en México

La educación no solo fue su vocación, es una historia familiar. José Ortega Romero, el visionario que sembró una misión que hoy sigue transformando nuestro país.
México es uno de los grandes países latinoamericanos donde aún el acceso a la educación de calidad sigue siendo una deuda histórica, José Ortega Romero decidió no esperar el cambio: lo inició. En 1960 fundó la Universidad del Valle de México, primero como Institución Harvard, que en 1968 se consolidaría como la UVM. Desde entonces, Grupo Educación ha mantenido un rumbo claro: transformar la educación en México con calidad, responsabilidad social e impacto tangible.
El primer campus, San Rafael, nació con 212 estudiantes. Para el año 2000, la matrícula alcanzaba los 33,000 alumnos y en 2019 ya superaba los 110,000, distribuidos en 36 planteles. Cifras que hablan de una institución viva, en movimiento, y en constante expansión —hoy parte de la red Laureate International Universities.
Pero la historia no termina ahí. En 1995, Ángeles Ortega inaugura FUNDAJU para continuar con la obra altruista de su padre, José Ortega Romero. Es una organización dedicada a becar y empoderar a niñas, niños y jóvenes a través de la educación y el deporte. Desde entonces, miles de estudiantes han tenido acceso a oportunidades que de otra forma no hubieran imaginado.
El legado de Ortega Romero y su esposa, María Teresa Martínez, continuó latiendo a través de la Beca José Ortega Romero y Teresa Martínez de Ortega, para cursar una Maestría en Responsabilidad Social en la Universidad Anáhuac hasta 2021. Un acto de coherencia con su filosofía: “Por siempre responsable de lo que se ha cultivado” – lema UMV.
Hoy, Grupo Educación reafirma su misión de mejorar la calidad educativa en México mediante soluciones innovadoras y nuevas tecnologías. Su visión es clara: ser un actor clave en la construcción de un país más justo, más sabio y más inclusivo.
Porque la educación en México no se transforma sola. Se necesita compromiso, historia, familia y visión. El legado de José Ortega Romero, más que una memoria, es una acción viva que sigue transformando vidas.